La mayoría de la gente se interesa por los seguros médicos a finales de año, cuando vencen las pólizas y las compañías de seguros lanzan ofertas para captar nuevos clientes, pero justo ahora es un buen momento para contratar un seguro privado de salud, no solo porque también hay descuentos interesantes, sino porque puede ser cuando más se necesite.
Hay enfermedades y problemas de salud que se disparan en verano. Por ejemplo, aumentan los accidentes de todo tipo, en el agua, en la carretera, en la naturaleza… También se eleva el número de los trastornos gastrointestinales y las intoxicaciones alimentarias, de las erupciones cutáneas y quemaduras solares, de las enfermedades cardiovasculares y respiratorias graves propiciadas por el calor, de las otitis, las infecciones por hongos, las conjuntivitis y las enfermedades de transmisión sexual.
Por este motivo es conveniente contar con un seguro de salud privado al que recurrir en verano, pero hay otras razones.
1. Atención directa de especialistas. En la Seguridad Social es el médico de atención primaria o el pediatra quien primero ve al paciente y diagnostica, prescribe tratamiento y, si lo considera necesario, le deriva al especialista. Con un seguro médico privado es posible recurrir al especialista directamente, ahorrando tiempo y trámites. Si la persona afectada sabe que necesita un ginecólogo urgentemente o que quiere ser atendida por un dermatólogo, ¿para qué ir al médico de cabecera?
2. Sin listas de espera. La Seguridad Social tiene unas largas listas de espera. Dependiendo de la comunidad autónoma, la media en España es de 66 días para ser atendido en una consulta de especialista y de 89 días para intervenciones quirúrgicas. Es comprensible, ya que, según los últimos datos publicados por el Sistema Nacional de Salud, había 45.084.245 personas protegidas en España en diciembre de 2017, pero este dato va a aumentar tras las medidas que prevé implantar el nuevo Gobierno. Por el contrario, los seguros médicos privados tienen esperas muy reducidas.
3. Cobertura nacional. Cuando la gente se encuentra en su lugar habitual de residencia, no hay problema: acude al médico de siempre; pero en verano es normal estar desplazado, un apartamento en la playa, una estancia en el pueblo de los padres o los abuelos, hijos en campamentos… Es importante contar con un listado de médicos, clínicas y centros sanitarios a los que recurrir también fuera del domicilio habitual, sin necesidad de tener que acudir a un servicio de urgencias para todo, lo que a menudo es innecesario y colapsa todavía más el funcionamiento de la Seguridad Social. Las grandes aseguradoras médicas cuentan con asistencia en cualquier punto de España.
4. Cobertura internacional. La mayoría de los seguros médicos privados ofrecen asistencia en todo el mundo. De este modo, no es necesario hacer un seguro de viaje añadido cada vez que se sale de España, sino que basta con llamar desde cualquier país al teléfono de atención al cliente de la compañía para que indiquen cuál es el centro más próximo donde pueden atenderle. Esta es una de las mejores razones para contratar un seguro de salud en verano.
5. Seguro dental. Los problemas de la boca no son asuntos menores, pueden derivar en infecciones graves, y hay que tratarlos cuanto antes. Nadie está a salvo de tener un problema inesperado y justo en los meses de verano es importante tener cubierta esta eventualidad. Por otro lado, están las cuestiones estéticas, tan urgentes de resolver, o los accidentes dentales infantiles, también muy habituales en verano. Es importante contratar la cobertura dental al hacer un seguro de saludo privado.
6. Variedad de horarios. El médico de la Seguridad Social tiene su horario inflexible, y es un doctor y no más el que se tiene asignado. Con un seguro médico privado es posible elegir las consultas médicas y los especialistas que mejor se adapten a las conveniencias horarias del asegurado, no solo en cuanto a horarios, sino también en cuanto a elección de médicos.
7. Hospitalización cómoda. No suele ser una de las razones para contratar un seguro de salud en verano, y lo mejor es que no sea necesario utilizar esta prestación sanitaria, pero si alguien de la familia tiene que ser hospitalizado, una póliza de salud da mucha tranquilidad, porque permite tener al lado un acompañante, día y noche, en condiciones de intimidad y comodidad. En esos momentos es cuando más se agradece tener un seguro médico privado con cobertura de hospitalización.
8. Segunda opinión médica. Los médicos, como cualquier profesional, pueden estar equivocados. A menudo, un dictamen es dudoso, el propio paciente intuye que algo no funciona, que un tratamiento no es el adecuado… No todos los seguros médicos privados ofrecen una segunda opinión médica, pero muchos sí lo hacen.
9. Atención telefónica. Tampoco todos los seguros tienen esta opción, pero la atención médica telefónica es una prestación importante, sobre todo cuando hay bebés o niños pequeños en la familia. A veces los padres dudan de si es necesario acudir al médico o no. También las personas con enfermedades crónicas o en procesos de recuperación pueden necesitar consultar con un especialista por teléfono o por videoconferencia, explicar sus síntomas y saber si pueden estar tranquilos o si deben concertar una visita médica cuanto antes.
10. Disfrutar de las vacaciones. Las vacaciones no abundan. Representan una mínima parte de los días del año, esos en los que todo el mundo necesita disfrutar con la familia, con los amigos, con la pareja o en soledad. Son el descanso que ayuda a desconectar, rebajar el estrés, ponerse en forma, tener tiempo para uno mismo y para sus seres queridos y recuperar fuerzas para seguir trabajando cuando llegue el momento. Las vacaciones son necesarias para la salud física y mental. Hay que poner los medios posibles para que nadie ni nada, ni siquiera el azar, arruine los días libres.
Por todo esto, y porque las ofertas de algunas compañías de salud continúan en verano, conviene contar con un seguro médico privado. Aunque, cuidado, no todas las aseguradoras ofrecen lo mismo. Por eso hay que informarse bien de las prestaciones y las ofertas, comparar no solo precios sino también coberturas, y dejarse asesorar por un corredor de seguros experto en salud que trabaje con todas las compañías, no con una sola.